Monday, May 30, 2011

Carteles cinematográficos de colección / I

Con el propósito de mantener vivo este espacio y terminar un poco con la inactividad que lo ha caracterizado en los último meses, abrimos una sección nueva. La he llamado Carteles cinematográficos de colección y en ella trataremos, de vez en cuando, de pasar lista a aquellos carteles de películas que han sobresalido, desde el punto de vista de un servidor, por su propuesta gráfica. No soy diseñador ni un especialista en la materia –hay que aclararlo-, pero sí me considero un aficionado en el asunto (de hecho mi primer trabajo, hace ya algunos años, se relacionaba con ello) y también un maniático del coleccionismo de imágines y afiches de, por lo menos, aquellas películas que me obsesionan. La idea, pues, es tratar de hacer breves, muy breves reflexiones, sobre lo que hace sobresaliente a ese objeto que sirve como carta de presentación de un film.

Soy de la idea de que la tradición del extremo cuidado que antes imperaba en la confección de un cartel se ha ido perdiendo y la idea, también, es hacer un poco de arqueología en ese sentido.

En esta ocasión hemos escogido este extraordinario cartel alternativo de este clásico de Brian de Palma, Carrie (EU, 1976), que mediante la ilustración y pocos elementos se recrea la escena clave, climática de hecho, de la película. Tributaria a la estética propia de las portadas de las novelas pulp el diseñador (que desconozco) ha puesto en papel los colores y las figuras (la silueta de, evidentemente, Sissi Spacek, el rojo de la sangre sobre un fondo negro) que remiten al resquebrajamiento emocional de ese personaje víctima del bullying psicológicamente más violento que nos ha ofrecido el cine de terror.

(José Abril)

Sunday, May 22, 2011

Una breve / IX


Que el cine de acción (o de aventuras o fantástico, o póngale el término que guste para inventar un nuevo género) ha encontrado en el comic una fuente inagotable de historias es cierto. Pero también lo es el hecho de que en él ha encontrado una mina de oro, si lo vemos desde el punto de vista de la casa productora, porque de que cualquier adaptación ya tiene su público, cuantitativamente enorme, asegurado es también una verdad a toda luces. Poco importa que a los fans del comic, que abundan, queden satisfechos o no con la adaptación, su presencia en las salas de cine está garantizada.

Personalmente al asunto del comic hace muchos años le perdí la pista, y hay adaptaciones cinematográficas que se han hecho a partir de productos de viñeta y onomatopeya que prácticamente me resultan ajenos, por desconocidos.

Me dicen que Thor, por ejemplo, es un clásico, pero siendo francos a dicho personaje no lo hacía en la “órbita pop” hasta que salió la muy reciente versión cinematográfica. Y por lo mismo, si la película es mucho o poco o nada fiel al original, pues la verdad es algo que me parece irrelevante, tanto como cuando de adaptaciones de productos literarios se trata.

Creo que hay que ver el producto como lo que es: una película, con los recursos propios que han hecho del cine un lenguaje, y el aprovechamiento que el realizador en cuestión ha hecho de ellos. Cosa que no sucede con Thor (EU, 2011), película torpemente fragmentada en dos partes, torpemente, también, actuada. Vaya, para decirlo pronto: que Thor parece una película producida por Dino de Laurentis (qpd) con todo y su regusto kitsch por la estética exótico-medieval para imaginarse futuros (im)posibles. ¿Y Kenneth Branag, el realizador? Pobrecito, supongo que pensaba que trabajaba con sus habituales materiales de vuelos shakespeareanos.

(José Abril)

Tuesday, May 03, 2011

TV-autor(es)


Dicen los exagerados que en la actualidad la televisión (mayoritariamente estadounidense, hay que ser claros) ha superado –o está en vías de- al cine en cuanto a calidad se refiere. Digo “exagerados” porque personalmente no estoy muy de acuerdo en tales afirmaciones. Es cierto, que ahora podemos encontrar múltiples y variadas opciones por demás interesantes del serial televisivo no cabe duda y que cada vez éstos y sus creadores no escatiman en cuanto a técnicas de realización, también. Pero sigo pensando que pese a sus evidentes parentescos el cine y la televisión son cada uno de ellos de naturaleza muy distinta y me reservo las ideas de argumentación para otro post.


Bueno, a qué viene esto. Javier Alcácer, en la revista digital Otros cines (ver link en la columna derecha), nos ofrece una interesante –quizá por lo mismo algo discutible- reflexión (la primera, de varias partes) sobre una cuestión que hasta no hace mucho, hablando de medios audiovisuales, concernía sólo al cine: el autor, y en el sentido “nuevaolero” de la palabra. ¿Es posible hablar de “autor” en ese sentido si analizamos televisión? Alcácer incia la reflexión a propósito de esa (aquí sí) interesante serie que es Mad Men.


El texto completo aquí.


(José Abril)