El azar siempre termina por beneficiarnos. Y el azar, digo, porque no creo que la cartelera local –la de Hermosillo-, cuando manifiesta ciertos guiños de “buen gusto” sea por voluntad propia de quien desde aquí administra el negocio. El comentario viene a cuenta por un acontecimiento bastante extraño, atípico diría yo, aunque bastante afortunado. Se trata del sorpresivo reestreno, en cierto cine de la localidad, de la película mexicana Los olvidados (México, 1950), de Luis Buñuel. Digo, acontecimiento extraño y atípico, porque no es nada común que en nuestros cines se abran espacios a películas del pasado, a menos que sea mediante el muchas veces mediocre remake, o que faciliten la proyección de clásicos que sólo parecen tener presencia y permanencia en la televisión como productos de relleno, y es más extraño todavía que estas películas se mantengan en la semana de exhibición de rigor como cualquier estreno de actualidad. En fin, el caso es que Los Olvidados, se reestrenó el viernes pasado ¿Cuál es el origen de esta genial idea? lo desconozco, pero creo yo es digno de celebrarse. Por primera vez, pues, se nos presenta la oportunidad de apreciar un gran clásico del cine mexicano y una obra maestra de la cinematografía mundial como se debe, en las condiciones requeridas: en el cine, en pantalla grande, favorecido tanto por las nuevas tecnologías de reproducción de sonido como por las técnicas de restauración. Y aunque Los olvidados quizá sea una película que ya se ha visto repetidas veces en la televisión, creo que la experiencia de verla en una sala de cine es totalmente otra, muy diferente, muy superior.
Los olvidados, es una película que Luis Buñuel realizó en 1950, y es quizá la primera película importante que el cineasta español dirigió durante su larga estancia en México. Buñuel había arribado a México a principios de los 40s y sus producciones, a su llegada, no distaban mucho de los convencionalismo de una cinematografía, la nacional, muy proclive a los melodramas y comedias rancheras bastante inofensivas. Con Los olvidados, Buñuel ofreció un giro de gran desconcierto, por ello la película fue menospreciada en su momento e incluso fue considerada ofensiva para el país.
Y es que la propuesta de Buñuel no era en absoluto complaciente, no había concesión alguna. Su visión sobre la miseria, sobre la pobreza, era –es- bastante dura, directa, amarga y pesimista. Muy lejos de la ingenua visión de Ismael Rodríguez, que en sus populares melodramas -la saga de Nosotros los pobres (con pedro infante)- planteaba la pobreza como una condición redentora, Buñuel, con Los olvidados, oponía esta historia que no solo exhibía –y exhibe- la dura miseria de un grupo de jóvenes y niños de algún barrio defeño disminuidos por la pobreza extrema, sino que evitaba en esa exhibición la menor complacencia sentimental e hipócrita. Buñuel ponía de manifiesto, en esta historia, que la pobreza no es un estado de gracía, no redime a nadie, todo lo contrario: corrompe. Tales ideas fueron el motivo del repudio generalizado contra la película…y no es hasta que Buñuel es premiado con la Palma de Oro en el festival de cine de Cannes, que la película empieza a ser considerada por el público y la crítica del País.
Si bien la versión que se proyecta ahora en nuestros cines no ofrece cambios sustanciales, salvo aquellos cambios técnicos generados por la restauración (me refiero a la mejoría que se ha hecho de la fotografía de Gabriel Figueroa y de la limpieza de la banda sonora) y el extra de un final alternativo, mucho más alentador, es una muy buena oportunidad para las nuevas generaciones de conocer la película, y para los que ya la conocen, la oportunidad de corroborar su vigencia tanto en su forma como por su contenido: Los olvidados vista hoy fácilmente permite pensar que de 1950 a la fecha las cosas no han cambiado mucho en el panorama nacional.
Si no la han visto corran a verla porque es probable que para el viernes desaparezca para refugiarse nuevamente en la televisión. (José Abril)
Wednesday, May 17, 2006
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2 comments:
Jose, danos tu reseña sobre el ciclo de cine italiano en Cinépolis, que te pareció o bien si te pasó de noche, porque yo si fuí y hubo películas muy buenas.
La verdad sí me enteré, pero no me presenté a ninguna función porque no me atrajo ninguna película...En general el cine italiano actual no me interesa demasiado.
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