Próximamente estará en circulación una nueva revista, una publicación que sin tener aun su presentación oficial, ya hemos accedido a ella. La revista lleva el peculiar y atractivo nombre de “Glaucoma”, sí, glaucoma, como esa enfermedad que afecta al ojo, y es según lo apreciado una publicación que viene a sumarse al muy limitado aunque sustancioso abanico de publicaciones culturales independientes de circulación local y/o estatal. “Glaucoma”, pues, se une al esfuerzo de contribuir a la apertura y ampliación de nuevos espacios de reflexión sobre la cultura y el arte, espacios autónomos, autogestivos, alejados de las limitaciones que muchas veces las publicaciones de carácter oficial imponen, esfuerzo, por cierto, en el que ya han avanzado revistas como “Néctar”, proyecto encabezado por Oscar Benasini, y “Altanoche”, publicación mensual impulsada por Victor Hugo Barrera. Como éstas, “Glaucoma” apuesta por un ejercicio de la crítica y la reflexión alejada de academicismos y de los muchas veces recalcitrantes y conservadores regionalismos, en beneficio de cierta universalidad, de tal forma que su lectura, y su apreciación en términos gráficos y visuales, no está determinada por su lugar sede, en este caso Hermosillo. Creo yo éste es uno de sus principales meritos.
El origen de “Glaucoma”, data desde casi cuatro años. Y lo sé porque servidor formó parte de ese proyecto inicial (después me autoexcluí por cuestiones que ahora no vienen a cuento). Como idea “Glaucoma” había sido concebida como una publicación sobre medios visuales y audiovisuales, que abordaría desde una perspectiva actual y desenfadada asuntos relacionados con la fotografía, el cine, el video, el diseño, la instalación, y la serie de manifestaciones expresivas eminentemente visuales que han venido adoptando la tecnología (prefiero evitar el termino hoy tan académicamente choteado de “Nuevas Tecnologías”) como parte del concepto y la propuesta. Por lo que vemos, de su origen como idea hasta su concreción, o sea ahora, esta idea se ha deformado, y digo deformado en un sentido positivo; “Glaucoma” se nos presenta hoy como una publicación más incluyente, más diversa en cuanto a tópicos se refiere, de tal forma que ahora cabe no sólo la imagen fotográfica o cinematográfica y la reflexión en torno a ella, también cabe la reflexión sobre la literatura, el rock, el comentario oportuno sobre ciertas situaciones sociales o manifestaciones culturales, y los géneros a los que se han acudido van del ensayo breve a la crónica, pasando por el artículo de opinión, la entrevista y la reseña.
Al parecer cada entrega contará con un tema rector, es decir un asunto abordado desde distintas perspectivas predominando la perspectiva estética. Para este primer número se ha escogido el del paisaje urbano y la apropiación de los espacios de la calle para manifestar inquietudes políticas, sociales, sexuales incluso, a través del graffiti que como manifestación no descarta el humor ni la ironía, o a través del muralismo. Sobre esto último, el muralismo urbano, cabe resaltar la excelente muestra que se ofrece del pintor tijuanense Roberto Rosique, pintor y muralista que ha hecho de la frontera y el problema de la migración y los inmigrantes una constante en su trabajo. Esta muestra fotográfica de graffiti y murales viene enriquecida por artículos que versan sobre dichos fenómenos, donde por cierto se incluye muy atinadamente un fragmento de un texto de Julio Cortazar sobre el asunto, y algunos textos en relación al tema de la frontera, a propósito de la muestra de Rosique.
Tal vez en relación a su diseño, Glaucoma sufra de algunos defectos, defectos creo yo que en posteriores números irán despareciendo. Pero a pesar de ello, se nota el esfuerzo de quienes forman parte del proyecto, por hacer una publicación de logrado balance entre forma y contenido, y eso desde la excelente portada se nos anuncia. Esto, para mi gusto, es de agradecerse enormemente, sobre todo en un lugar como el nuestro, donde las publicaciones independientes, a excepción de las señaladas al principìo (Nectar y Altanoche), no le dan la mínima importancia a la estética del texto, a los recursos gráficos, a la composición de las páginas, que puedan hacer más atractiva la lectura de los contenidos.
Esperemos pues la pronta circulación de la revista (José Abril)
El origen de “Glaucoma”, data desde casi cuatro años. Y lo sé porque servidor formó parte de ese proyecto inicial (después me autoexcluí por cuestiones que ahora no vienen a cuento). Como idea “Glaucoma” había sido concebida como una publicación sobre medios visuales y audiovisuales, que abordaría desde una perspectiva actual y desenfadada asuntos relacionados con la fotografía, el cine, el video, el diseño, la instalación, y la serie de manifestaciones expresivas eminentemente visuales que han venido adoptando la tecnología (prefiero evitar el termino hoy tan académicamente choteado de “Nuevas Tecnologías”) como parte del concepto y la propuesta. Por lo que vemos, de su origen como idea hasta su concreción, o sea ahora, esta idea se ha deformado, y digo deformado en un sentido positivo; “Glaucoma” se nos presenta hoy como una publicación más incluyente, más diversa en cuanto a tópicos se refiere, de tal forma que ahora cabe no sólo la imagen fotográfica o cinematográfica y la reflexión en torno a ella, también cabe la reflexión sobre la literatura, el rock, el comentario oportuno sobre ciertas situaciones sociales o manifestaciones culturales, y los géneros a los que se han acudido van del ensayo breve a la crónica, pasando por el artículo de opinión, la entrevista y la reseña.
Al parecer cada entrega contará con un tema rector, es decir un asunto abordado desde distintas perspectivas predominando la perspectiva estética. Para este primer número se ha escogido el del paisaje urbano y la apropiación de los espacios de la calle para manifestar inquietudes políticas, sociales, sexuales incluso, a través del graffiti que como manifestación no descarta el humor ni la ironía, o a través del muralismo. Sobre esto último, el muralismo urbano, cabe resaltar la excelente muestra que se ofrece del pintor tijuanense Roberto Rosique, pintor y muralista que ha hecho de la frontera y el problema de la migración y los inmigrantes una constante en su trabajo. Esta muestra fotográfica de graffiti y murales viene enriquecida por artículos que versan sobre dichos fenómenos, donde por cierto se incluye muy atinadamente un fragmento de un texto de Julio Cortazar sobre el asunto, y algunos textos en relación al tema de la frontera, a propósito de la muestra de Rosique.
Tal vez en relación a su diseño, Glaucoma sufra de algunos defectos, defectos creo yo que en posteriores números irán despareciendo. Pero a pesar de ello, se nota el esfuerzo de quienes forman parte del proyecto, por hacer una publicación de logrado balance entre forma y contenido, y eso desde la excelente portada se nos anuncia. Esto, para mi gusto, es de agradecerse enormemente, sobre todo en un lugar como el nuestro, donde las publicaciones independientes, a excepción de las señaladas al principìo (Nectar y Altanoche), no le dan la mínima importancia a la estética del texto, a los recursos gráficos, a la composición de las páginas, que puedan hacer más atractiva la lectura de los contenidos.
Esperemos pues la pronta circulación de la revista (José Abril)
5 comments:
igual aqui la estaremos checando. Si la veo, nunca he visto Nectar...
Glaucoma circula desde hace semanas. Por lo menos servidor ya ha repartido algunas. Que no se vea mucho ya es asunto del director, que esperaba una presentación como la de esta noche para darla a conocer al "gran público".
(oye pepe, ¿puedo usar tu texto para la lectura de la noche?; dijiste lo que yo pensaba -maomeno-)
saludos.
Felicidades y mucha suerte!
abril, quítale el fondo negro al blog, es bien cansado para la vista leer con fondo negro anda
:)
saludos
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