¿Quién no lo sabe? La peor época para el cine, o tal vez para los espectadores, es la del verano. Es en ella cuando las salas de exhibición se convierten en parques temáticos y la oferta se reduce a las franquicias que desde Hollywood se instalan implacablemente. Sólo, entonces, queda esperar que las vacaciones terminen y sobrellevarlas buscando opciones menos rutinarias a través de otros canales.
Una buena forma de hacerlo es rastreando en los negocios de renta de dvds, tanto en los que ofertan la siempre bienvenida piratería o en las transnacionales que, aunque nos duela reconocerlo, cada vez más amplían su repertorio incluyendo sorpresas difíciles de localizar en las pantallas grandes. Se agradece pues.
Es ahí donde, quien esto escribe, se ha encontrado con películas por demás recomendables. Por lo menos este ha sido el caso de “Nueve vidas” (EU, 2004), una modesta producción del colombiano Rodrigo García, un producto que si bien ha sido realizada para la televisión alcanza, desde su sencillez, las dimensiones de una gran película.
No obstante ser hijo de uno de los escritores latinoamericanos más reconocidos (Sí, Gabriel García Márquez), es casi seguro que García pase desapercibido para el común de la gente, y pienso en la gente que se interesa más o menos en los asuntos que aquí nos competen, el cine. Esta suerte de anonimato le ha servido al realizador para forjarse una carrera propia sin la ayuda de prestigios ajenos y, mejor aún, alejado de la posible influencia de su padre que como ya es sabido sus incursiones como guionista en el cine no han sido para nada satisfactorios.
Empezó como fotógrafo en aquel inefable “nuevo cine mexicano” salinista (bajo las órdenes de María Novaro) para emigrar, después, a Estados Unidos e iniciar su camino propio como guionista y director en infinidad de series de televisión, medio en el que todavía se mantiene con bastante dignidad. Sus largometrajes se cuentan con los dedos de una mano y aunque pocos y muy disparejos en conjunto, ya manifiestan claramente ese especial interés del autor por el universo femenino y una atractiva tendencia hacia la experimentación formal dentro de la más rotunda sencillez.
Este, su más reciente trabajo es, como el título lo sugiere, una pieza fragmentada en nueve partes, nueve pequeñas historias anticlimáticas o, precisando, nueve breves momentos (apenas 15 minutos) en la vida de nueve mujeres enfrentadas a conflictos irresolubles. Nueve miniaturas intimistas que crecen en la imaginación del espectador atento a lo que los gestos, las acciones aparentemente irrelevantes, las palabras enunciadas puedan sugerir para completar cada uno de estos cuentos inacabados. Son nueve, también, los plano-secuencias utilizados con gran precisión y elegancia por el realizador para dar cuenta en tiempo real de esos pequeños-grandes infiernos personales de sus personajes. El resultado es un tanto desigual, es cierto, pero el experimento resulta por demás fascinante, al grado de que hasta la participación de Dakota Fanning es gratificante. (José Abril)
Sunday, July 15, 2007
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1 comment:
Hola José ! pues si tienes toda la razón estamos en la epoca en la que em imperio hollywudense ( perdonen pero es que se escribir esa onda ) pues , se hace sentir en todos las salas de cine de la ciudad.
Y totalmente de acuerdo en las emperesas de renta de peliculas transnacionales ( jaja pa no meter gol ) estan empezando a sutir de buen cine alternativo ,q ue aunque no queramos reconocerlo , salen peliculas muy buenas.
Voya ver si puedo conseguir la de 9 vidas pa ver que tal y aki le pongo el comentario.
saludos profe abril !
Atte
Alberto Ruiz ( Beto Bemba )
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