Monday, November 07, 2005

9º tour de cine francés en México

Solamente los imbèciles y los snobs irredentos asisten al cine como un deber cultural…
Jorge Ayala Blanco

Por novena vez nos llega una pequeña muestra de lo que cinematográficamente se hace en Francia. Y aunque no hay mucho de que sorprenderse, la muestra sirve para darse cuenta de dos cosas: 1) que la frivolidad no es exclusiva del cine “made in Hollywood”, y 2) que aun quedan bastantes incautos que creen que el cine hablado en cualquier idioma que no sea el ingles (y más aun con acento gringo) adquiere automáticamente la etiqueta de “cine de arte y ensayo”…Snobismo ingenuo: resulta curioso como en este tipo de eventos (incluida la “Cámara alternativa” de Cinemark) acude gente que desprecia ir a nuestras carnavalescas e hiperkitsch salas de cine cualquier miércoles de 2 x 1 o cualquier fin de semana para reservarse mejor la proyección de esa película con título y actores de nombre impronunciable, como quien cuida alimentar su currículum, sin percatarse de que lo que están presenciando puede ser tan malo como lo que nos presentan esas obras que por pura maraña ideológica desprecian. De las siete películas, sólo vi cuatro; ni modo, ir al cine hoy resulta muy caro, y para la selección me dejé llevar por mis prejuicios… es precisamente de las cuatro que vi de las que a continuación van mis apreciaciones. En orden de importancia, como sigue:

Las fantasías de Lila (2003). Realización de Ziad Doueiri que presenta la crónica sentimental de Chimo, joven de origen árabe deslumbrado por Lila, lolita de barrio marginal que con su belleza y personalidad sexualmente desenfadada trastoca la vida cotidiana de quienes la rodean. Fresca y emotiva historia del primer amor, un amor que se malogra y en su amargo desenlace los implicados encuentran su doloroso y repentino paso hacia la madurez. Retrato de dos personalidades adolescentes diametralmente opuestas pero inevitablemente complementarias, que en su reconocimiento mutuo encuentran la experiencia iniciàtica que les pondrá los pies sobre la tierra. Aunque la historia se centra en Chimo, el interés en general se desplaza a Lila: personajes femeninos tan vigorosos y desarmantes como el de ella pocas veces se han visto en el cine francés (digamos que es una suerte de Amelie pero menos ñoña y mas cachonda y maliciosa como evocando a la Brigitte Bardot de Y Dios creo a la mujer de Roger Vadim).

La dama de honor (2003). Realización del ya veterano y también ya clàsico Claude Chabrol que narra la enfermiza relación entre Philippe, disciplinado joven clasemediero, y Senta, enigmática y obscura mujer en extremo demandante de atención y cariño. Como ya es su costumbre, Chabrol toma como pretexto una típica anécdota de thriller (en este caso una novela policíaca de Ruth Rendell) para desarrollar inquietantes retratos de personajes obsesivos, marcados por pasiones que los ciegan, en las que encuentran su extravío y perdición. Pese al argumento, no hay suspense porque lo que interesa a Chabrol es contemplar, como agudo entomólogo, el abismo que el ingenuo y encantado Philipe se va construyendo a si mismo ante las solicitaciones cada vez más siniestras de ese –ahora sí- su obscuro objeto del deseo.

Ducha fría (2004). Realización de Anthony Cordier sobre los agotadores días de entrenamiento de Mickael, un joven que aspira ser un campeón de judo. Pretenciosa y reiterativa película que gira en torno a un mismo punto sin encontrarle ninguna variante, salvo el trío eròtico-amoroso que el protagonista establece con su novia y su mejor amigo y que el realizador incluye flojamente, sin sólida base dramática, para darle a su especie de versión francesa y adolescente de Rocky la trascendencia que no parece alcanzar con la sola exposición de las repetidas horas y los días de entrenamiento del protagonista.

Agentes secretos (2004). Realización de Frederic Schoendoerffer que gira en torno a un grupo de agentes secretos que sufren la traición del organismo para el que trabajan. Confusa y complicada película de espionaje, barroca en su construcción dramática, torpe en su progresión y con un arranque que parece nunca terminar. La película es de esas que se esmeran por demostrar que los franceses son capaces de realizar películas tan hollywoodenses como las del propio Hollywood (véase las últimas obras de Lucc Besson y la mayor parte de las películas protagonizadas por Jean Renno). ¿Lo bueno?: 1) siempre es de agradecerse ver trabajar al tandem Cassel-Bellucci, 2) es la primera vez que se ve (por lo menos en mi caso) a Monica Bellucci en un personaje –irónicamente, dado el tipo de película- con muchos más matices y lejos de los personajes en la que se ha encasillado (o sea de puta o en plan de atractivo visual)

6 comments:

Anonymous said...

Y eso que no te chutaste Mi hermana y yo, porque entonces si te azotas con lo naif que puede ser el cine francés si se lo propone.... (y que conste que no vi la caricatura gala, que también formó parte del ciclo).

Manuel said...

Permítanme disentir en cuando a "Mi hermana y yo", que me pareció muy interesante, no por su anécdota sino por que esconde en su aparente simpleza un retorcimiento que Isabel Huppert explota magistralmente y que su hermana (que para ser sinceros, a mi también me pareció irritante) sólo realza: para mi fue una sutil muestra de la capacidad corrosiva del rencor y el desamor.
Me encantó.

víctorhugo said...

y es que a esta cartelera desértica a veces parece que sólo llegan churros de extranjia. sobre todo franchutes. mamacita la beluchi.

Anonymous said...

También en mi hermana y yo se ve la diferencia entre una hermana que es muy realista, está desgastada, y otra provinciana que literalmente ve la vida en rosa, como dice la canción.

El diablo probablemente said...

Nada. Contra la Bellucci no tengo nada, al contrario...pero de vez en cuando deberìa sorprendernos -como en este caso- con otro tipo de personajes (deberìa de tomar en cuenta su precedente, Steffanìa Sandrelli, actriz italiana tambièn, que en los setenta oscilaba con gran soltura entre el softporno màs guarro y el cine "arty"...Mi hermana y yo no la vi por que me dio gueva su anècdota, aunque sì querìa ver a la Huppert, una de mis actrices favoritas.

Anonymous said...

Isabel Huppert, está excelente, además es una burguesa cansada de los cuernotes que le planta el marido con su mejor amiga: una art-dealer del centro de París. Y para colmo llega su hermana del interior, y a ver todo ya no en rosa: lila, como el blog de Liliana Chávez.
P.D Hablando de cine francés a la que hace mucho no contemplamos en la pantalla es a Ludivine Savignier