Wednesday, January 21, 2009

El efecto Tafil



Cuenta la leyenda que Werner Herzog, cuando filmó El corazón de cristal (Alemania, 1976), sometió a una sesión de hipnosis a todo su equipo de actores. Verdad o mito, uno no puede dejar de tener en cuenta esa leyenda al ver en la película un puñado de personajes en una evidente actitud hierática, cercano a lo ausente cuando, paradójicamente, constatamos sus presencias registradas por la cámara. Las actitudes son un tanto frías, pero la película NO que toda ella provoca cierta sensación rulfiana, extraña, inquietante. Herzog, pues, parece haber robado la voluntad a cada uno de sus actores para trabajar con muertos animados en una bellísima película viva, muy viva, sobre una comunidad que agoniza.

Veo El curioso caso de Benjamín Button (EU, 2008) y pienso en Herzog y su descabellada (cierta o no ) empresa. Pero, por su efecto contrario. David Fincher ha puesto a transitar, a encontrase y desencontrase a un puñado de personajes que se quieren vivos en una película muerta, muy muerta, curiosamente sobre la ‘vida’, así en abstracto y en concreto. Sin nervio, sin pulso. Fincher ha sustituido la hipnosis por el Tafil, y es con esa calma forzada que proporciona el ansiolítico el que parece haber regido su perspectiva.

Sí, en efecto, la fotografía es impecable, los valores de producción también, y esa secuencia inicial a manera de prólogo (la anécdota del hombre ciego que confecciona un reloj de curso invertido) bordea la perfección en forma y sustancia. Parecerá mucho económica y estéticamente hablando, pero en esencia no es nada. Porque ver la película es como contemplar durante aproximadamente tres horas el deadline en el monitor de algún hospital a los pies de la cama de alguien que acaba de morir. No hay abrupto alguno, aunque en el guión se piense lo contrario; no hay trascendentalismo alguno (¡Ay, esa búsqueda de la trascendencia que no es más que un lastre!) aunque la somnolienta mirada de Fincher se lo crea y haga todas las maromas tecnológicas por procurarlo.

Algo se agradece. Por lo menos Fincher evitó lo que servidor temía: a como se pintaban las cosas desde el principio ya se veía venir hacia el final la grotesca imagen de un bebé con el rostro digitalizado de Brad Pitt. Para nuestro alivio no fue así. Aunque no dudemos que por lo menos, en el plan de la tentación, la idea estuvo rondando.

(José Abril)

Friday, January 02, 2009

2008 (y 2)

No es ninguna novedad: la producción de cine de terror no cesa, se mantiene, pero cantidad y calidad generalmente no van de la mano. De la gran cantidad de películas del género sólo muy pocas, poquísimas logran sobresalir. ¿Originalidad? Creo que todo sobre el cine de terror ya se ha formulado y quienes gustan de las fórmulas establecidas únicamente les queda llevarlas con inteligencia: monstruos gigantes, zombies urbanos, rabia humana que inevitablemente conduce al canibalismo, asesinos seriales…figuras tópicas de un cine que para fortuna de nosotros siguen dando lata. ¿Tics en apariencia novedosos? 2008 fue el año de las técnicas del documentalismo, la ya cansina cámara en mano y el subjetivismo anónimo y aparentemente caótico como elemento determinante de estructura narrativa; no es casual, pues, que algunos títulos de nuestra corta lista mantengan algunos de estos elementos en común.
Algo de lo muy bueno y de lo menos bueno en el cine de terror vistos en nuestras salas de cine, a continuación:




1. Cloverfield (EU, 2008), dir: Matt Reeves. Una suerte de Godzilla pero con puro apetito destructor. Manhattan se ha vuelto el lugar ideal para el Apocalipsis y la cámara en mano el efectivo recurso para documentar el caos, la agonía y el pánico. Realmente, una gran película.




2. El huésped (The host, Japón / Corea del Sur, 2006), dir: Bong Joon-Ho. Otra de un monstruo monumental que emerge del río. Pero aquí el asunto se diversifica dramáticamente. Brutalidad y melancolía en dosis iguales. Una película sobre el caos generado por esta bestia pero también sobre las heridas sentimentales que se revelan en una familia en su proceso de recuperación del más pequeño de los integrantes. A destacar el inicio y el clímax de El huésped, de lo mejor que el año nos dio.




3. REC (España, 2007), dir: Jaume Balagueró y Paco Plaza. Un falso reportaje sobre cómo uno a uno de un pequeño grupo de personas van muriendo y resucitando por rabia y canibalismo entre los pasillos de un viejo edificio departamental. Reminiscencias evidentes: Romero, Boyle, Cloverfield, etc. Pero combinadas con harta ironía y también con bastante visceralidad. A destacar ese final…




4. Alien vs depredador 2 (EU, 2007), dir: Hnos. Strausse. No es broma. Sinceramente esta película me impresionó. No soy muy adepto a este tipo de derivaciones-perversiones comerciales, pero de que los Strausse se toman el asunto sin tanta seriedad, con bastante mala leche e incorrección política para llevar a cabo este tipo de empresas es de agradecerse.




5. Terror bajo el agua (Rogue, Australia, 2008), dir: Greg Mclean. Hacer una película de terror con un cocodrilo gigante puede correrse el riesgo de caer en una payasada. Pero Mclean logra una película llena de tensión, tanta como la que nos proporcionaba el viejo Spielberg de Tiburón, y de paso una broma negra y cruel sobre los amantes del turismo ecológico. La naturaleza es despiadada…


Menciones especiales:
1. Maligno (See no Evil, EU, 2007). Dir: Gregory Dark
2. Sweeney Todd (EU, 2007). Dir: Tim Burton


Decepciones (O aquellas de las que esperábamos más y resultaron menos):
1. Espejos siniestros (Mirrors, EU, 2008). Dir: Alejandro Aja
2. Los extraños (The strangers, EU, 2008). Dir: Bryan Bertino

La película sobrevalorada del 2008:
1. El orfanato (España, 2007), Dir: Juan Antonia Bayona

José Abril