Wednesday, September 26, 2007

La niña chantilly


El humor, la ironía y el albur más guarro eran exclusividad de los hombres en nuestro a veces desafortunado pop/rock nacional hasta que aparecieron en escena las Ultrasónicas, banda integrada exclusivamente por mujeres y representantes tardías de nuestra versión “made in México” de aquel “riot girrrrl” que ya habían agotado Hole, L7 y otras tantas. Con un sentido del humor de trazos gruesos, canciones de letras sexualmente explícitas y políticamente incorrectas, las Ultrasónicas irrumpieron como un grupo atípico en la escena nacional para romper con la tradición de la “rockera” solemne que se desentiende de su género musical como juego irreverente y provocador (tradición representada por esa momia que se cree piedra angular Kenny, la de Los eléctricos, Cecilia Tussaint y Rita Guerrero, la de Santa Sabina) e invocar con un saludable descaro las turbulencias del sexo desenfrenado, el desamor que se cobra con rabia verbal y la vulgaridad como un discurso contestatario. Su existencia fue un tanto efímera, pero de que dejaron huella de eso no hay duda; incluso abrieron el camino por el que transitarían en otros registros Maria Daniela, la del sonido lasser, con su personaje autoparódico de chica fresa y sus canciones de electroclash falsamente naïf, y el esperpento musicalizado a ritmo de surf de Faca cual Gloria Trevi corregida y aumentada. A estas dos habría que sumar la propuesta de Jessy Bulbo, quien fuera, precisamente, bajista de las Ultrasónicas, para completar esa especie de trinidad gineco-musical que la compañía Nuevos Ricos ha aportado al ámbito del pop y el rock actual independiente en México. Saga mama es su primer proyecto en solitario y en él la Bulbo retoma el camino justo donde lo habían dejado las Ultrasónicas, es decir, el de aquella explosiva mezcla de punk/rock de garage, de hartas guitarras distorsionadas y sonido sucio y áspero, aunque ahora enriquecida y actualizada con sonidos de electrónica aportados por efectos de vocoder, sintetizadores y cajas de ritmo (marca de fábrica de la compañía disquera), y unas canciones donde el humor y el desparpajo son estilo y contenido. La ex – Ultrasónica, como Maria Daniela y Faca, es también personaje y en Saga mama se ha travestido de adolescente perversa, de lolita desmadrosa y lumpenizada, para hablarnos con una candidez impostada sobre las ventajas del adulterio, sobre el enorme placer de ejercer el sexo sin amor o, incluso, sobre el despecho devastador que aflora entre colegiales a la hora del recreo, entre otras mundanerías. Divertida para unos, irritante para otros Jessy Bulbo es el perfecto antídoto para la solemnidad reinante en el rock nacional, la niña chantilly enseñando el cobre para después comerse de un bocado la rebanada de pan como apoteosis de su performance. (José Abril)

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