Wednesday, April 16, 2008

El petróleo de Day-Lewis


Hay algo en Petróleo sangriento (EU, 2007), el aclamado y más reciente film de Paul Thomas Anderson que no me convence del todo. Sensación rara en servidor si se toma en cuenta que Anderson es de mis favoritos, y favoritos digo -no obstante el tropezón que significó Embriagado de amor (EU, 2002)- por esas dos obras maestras contemporáneas de la narración coral que son Boogie nights (EU, 1997) y Magnolia (EU, 1999), por la capacidad que había demostrado en retratar la miseria existencial a voces varias, por esa suspicacia de provocar la irrupción del absurdo y el delirio más desconcertante en historias marcadas invariablemente por el signo del dolor y la amargura en personajes tremendamente patéticos pero entrañables sin que el flujo de sus relatos sufriera resquebrajo alguno, y por ser en definitiva –ni modo, el lugar común es inevitable-uno de los pocos herederos dignos de Robert Altman, un clásico y un grande a pesar de sus altibajos en su extensa trayectoria.

Tal vez sea ese cambio de registro. Petróleo sangriento no es ya una película sobre vidas que se entrecruzan, algunas tal vez sin conocerse aunque compartiendo infiernos personales similares, sino el retrato de un sólo personaje definido, conducido y consumido por una ambición que crece pese a todo y a todos en lugares de un remoto, históricamente hablando, Estados Unidos. Ni representa, por lo mismo, la magistral destreza en el manejo de la simultaneidad en su estructura, sino la plana descripción de una trayectoria que se pretende ascendente en lo económico aunque éticamente en picada; que avanza mediante un desarrollo pausado, innecesariamente reiterativo, excesivamente descriptivo en ocasiones cuando la naturaleza del personaje ha quedado por demás clara durante sus primeros cuarenta minutos. Descripción a la que se integra una banda sonora, contenida, minimalista (cortesía ya saben de quien) que se percibe más como un ornamento musical distanciado, de escaso vínculo dramático con lo que las –eso sí-impecables imágenes muestran.

Tal vez sea la idea de cliché que rodea a la película. Petróleo sangriento se establece como obra y persigue su trascendencia a partir de un fantasma recurrente en el cine, que facilita su acceso al gusto de quienes suelen ver en él el gran tema, el gran personaje y el gran drama: el pobre hombre rico, el triunfador que lo tiene todo y a la vez nada, el capitalista por antonomasia que con su voracidad va cosechando su poderío y su poderío a su vez lo va aislando del mundo, lo va inhumanizando e inmunizando ante cualquier experiencia afectiva. El nombre es lo de menos porque personajes así ya hemos visto en pantalla tantos quizá como nazis diabólicos torturando judíos. Llámese este Charles Foster Kane, el paradigma, Tony Montana, la versión trash, o el Sr. Burns, la versión paródico-televisiva, y coloqué entre ellos todos aquellos que recuerde.

O quizá sea el actor protagónico. Petróleo sangriento es la odisea de un actor que se asume como grande, que irrita por su arrogancia, y que pretende no dejar dudas sobre sus cualidades histriónicas en cada frase, gesto, movimiento, no sólo en los encuadres de ésta sino de todas las películas que se han prestado para su lucimiento. Daniel Day- Lewis irrita y no por el personaje que interpreta, que tiene suficientes características para ser irritante, sino por su manera de trabajar su actuación. Actuación enfática, impostada, artificiosa, metódica hasta lo repugnante. Daniel Day-Lewis no es un camaleón sino un viejo actor de escuela que se disfraza siguiendo al pie de la letra sus aprendizajes y nos pretende recordar que estamos en su película por que la película es él. Day-Lewis es de esos actores que con sus paroxismos busca el reconocimiento (que finalmente lo obtuvo, claro está), que provoca sacrificar a otros actores como Paul Dano, mucho más natural y más convincente en el papel de un personaje clave e interesantísimo, desperdiciado a lo largo del metraje.

Insisto: a Petróleo sangriento algo le falta. Bueno, si pensamos que uno de los detalles es la presencia de Daniel Day Lewis, quizá falla entonces, para mí gusto, porque algo le sobra.

(José Abril).

5 comments:

Taquero Narcosatánico said...

A mí me parece una película muy buena en lo individual (o sea, sin comparar con las cintas anteriores de PT), pero debo reconocer que si algo no me terminó de convencer es precisamente Daniel Day Lewis.

Los primeros minutos de la película (más o menos 40) son magistrales, toda esa parte con escasos diálogos que nos presentan a los personajes resulta genial. Incluso vemos que Day Lewis está muy contenido en su actuación. Es justo en el momento en que le da la cachetada a Pail Dano cuando suelta los calzones.

Pero en general sí me gustó, je.

El diablo probablemente said...

La verdad, creo que yo esperaba demasiado de la película, y al verla me encontré con algo un poco lejos de lo que imaginaba. Efectivamente, como tu dices, la parte del planteamiento es magistral, pero desde el inicio hasta el final, la presencia de Daniel Day-Lewis me costó trabajo tragármela, actuación que me resultaba irritante incluso desde que veía el trailer de la película (uno siempre carga con sus prejuicios, y a mi D.Day-Lewis siempre me a caido mal como actor, jeje)

Saludos y gracias por el comment

David said...

Sobre la expectativa de la película, me paso algo similar con No Country For Old Men, me gusto pero me hizo cuestionar las razones, no fue inmediato sino un agradable gusto adquirido. Sobre Day Lewis, también mencione algo de eso en lo que escribi para No Country...

Buena reseña José.

El diablo probablemente said...

Gracias David. La verdad me quedo mil veces con la de los Coen que con la de PT Anderson, y mira que cuando sacó Magnolia casi me pasaba lo mismo con T. Cruise, pero la verdad fue bastante gratificante ver a Cruise interpretándose a sí mismo, un personaje hecho a su medida.
Saludos

Sam_Loomis said...

Mmmm pues a mí me gustó mucho "There Will Be Blood", incluyendo la actuación de Day-Lewis que yo consideré bastante buena y super memorable. Claro, también menciono que se me hizo muchísimo más lograda que "No Country for Old Men".

Saludos profe